Alba Rivera en asocio con sus hermanas, Gloria y Elsa Rivera y su hija Lineth Abarca, dieron vida a su iniciativa productiva: Panadería y Pastelería Las Mercedes. Todo inició cuando doña Alba sufrió un derrame cerebral, que la obligó a cambiar su estilo de vida. Su recuperación constó de días de hospital, medicamentos y rehabilitación…

Este proceso de recuperación se realizó en varias etapas, Alba encontró apoyo en el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral ISRI, ahí le ofrecieron participar en un curso de panadería como porte del proceso. Esta decisión le cambió la suerte a ella y su grupo familiar.

En 2011, gracias a un capital semilla, que se logró a través de la Secretaría de Inclusión Social y la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa CONAMYPE, ellas pudieron materializar el conocimiento adquirido y montar su panadería.

La producción inicial fue mínima “Hacíamos entre $5.00 y $7.00, diarios de pan dulce, empezamos con peperechas, semitas, novias, viejitas, biscochos y otros”. Con el tiempo, Las Mercedes han podido mejorar significativamente: los procedimientos para la elaboración de sus productos, la forma de comercializarlos y la contabilidad.

La elaboración de rutinas y división del trabajo, ha sido una estrategia que les ha fortalecido en el sentido que todas las integrantes tienen las mismas habilidades y no hay diferencias entre ellas ya que todas trabajan de igual manera. Tenemos divididos los días por especialidad (de pan) y por las funciones que hacemos, los lunes preparamos Budín, los martes relámpagos, los miércoles canastitas y quesadillas, los jueves tartaletas y los viernes budín de elote y repartidas las responsabilidades del proceso – Lineth Abarca

Para la comercialización, Las Mercedes ha implementado ciertas rutas de cobertura, complementado sus ventas con productos que combinan perfectamente con el pan dulce que elaboran. Las bebidas calientes instantáneas como café, capuchinos, chocolates resultan una dupla extraordinaria para el refrigerio de la tarde.

En las oficinas siempre nos están esperando y un día que no vayamos, ya no están reclamando los clientes. Nos compran en la unidad de salud, el mercado, farmacias y hasta en la policía. – Alba Rivera

Una de las dificultades que estas emprendedoras tuvieron fue la falta de un equipo que les permitiera desarrollarse mejor, ya que la cocina casera no era adecuada para la demanda que tenían. Este problema se logró resolver gracias al apoyo de la Secretaría de Inclusión Social a través del programa de Ciudad Mujer y Funsalprodese como referente en este proyecto.

Siempre me gustó la panadería, había recibido un curso antes, pero no pensé que me pudiera dedicar a esto – Alba Rivera

Más info con Rosa Alba Rivera a los teléfonos: 2338-4769 y 7618-3130, Correo: rosaalba_rivera@hotmail.com